Luchemos contra el estrés.
Con
frecuencia estamos estresados y ya ni siquiera lo notamos. Vivimos tan inmersos
en las prisas del día a día, que no tenemos ni siquiera el tiempo necesario para
hacer un alto y observarnos, para así poder detectar qué es lo que nos está
sucediendo.
Esto sucede
hasta que nuestro cuerpo ya no resiste más y empezamos a tener síntomas
importantes que nos obligan a disminuir el ritmo que llevamos y entonces, en
ocasiones nuestro cuerpo ya no puede volver a recuperarse totalmente. Hemos
pagado un costo muy alto.
¿Por qué
esperar a que nuestro cuerpo esté lastimado o debilitado para cuestionarnos
sobre nuestros hábitos de vida?
Es cierto
que el medio ambiente en el que vivimos nos envuelve y contagia de emociones,
con frecuencia desgastantes, pero si nos fortalecemos física y emocionalmente,
el daño siempre es mucho menor y en ocasiones ni siquiera se da.
Te invito a leer el artículo: ¿Cómo definir y mejorar las causas de mi estrés?
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